Un pigmento de color rojo-anaranjado, el betacaroteno, se encuentra de forma natural en las hojas de diversas plantas, así como en hortalizas de tonalidades rojo-anaranjadas como batatas, calabazas, tomates y zanahorias. Este compuesto es uno de los muchos pigmentos clasificados como carotenoides. Cuando la clorofila verde de las plantas se descompone durante el otoño, el betacaroteno que queda es lo que observamos en las hojas, otorgando esos preciosos colores de la temporada.
Al ingresar al organismo, el betacaroteno se transforma en vitamina A. Como esta vitamina es liposoluble, se acumula en los tejidos grasos, incluyendo las células adiposas del corazón, cerebro, pulmones, hígado y piel. Este almacenamiento es beneficioso y también puede contribuir a mejorar el asma y la función pulmonar.
La vitamina A proviene de dos tipos de fuentes: una categoría denominada retinoides, que se obtiene de productos animales e incluye el retinol, y un segundo grupo conocido como carotenoides, que se extrae de fuentes vegetales. Los carotenoides abarcan, entre otros, al betacaroteno y la astaxantina.
Entre sus múltiples beneficios, el retinol, una forma de vitamina A, es un nutriente eficaz para la piel. Al aplicarse de manera tópica, penetra profundamente, alcanzando las capas de colágeno y elastina, los tejidos que brindan soporte a la piel. Es en esta zona donde el retinol comienza a reparar el daño. Además, actúa como un potente antioxidante, eliminando células dañadas y desechos acumulados en la piel. Se encuentra en numerosas cremas para el cuidado facial que buscan reducir arrugas y mejorar la apariencia cutánea.
Por cierto, ¿sabías que la isotretinoína oral (Dercutane) es una versión modificada de la vitamina A en dosis elevadas? Introducida hace años, este medicamento se prescribe frecuentemente a adolescentes con acné. El problema respecto a la isotretinoína oral (y las altas dosis de vitamina A) radica en su relación con defectos congénitos. Si estás utilizando este fármaco, asegúrate de no estar embarazada ni de tener posibilidades de quedar embarazada.
También tenemos a nuestra disposición una crema tópica derivada de la vitamina A compuesta por tretinoína. Al ser derivada de la vitamina A, su función es similar y resulta efectiva para suavizar la piel y tratar el acné. Los riesgos son mínimos (si es que existen) ya que se aplica directamente sobre la piel, a diferencia de la isotretinoína oral, que se ingiere.
El consumo excesivo de vitamina A en forma de suplementos puede ser tóxico, pero el betacaroteno es más seguro, dado que el cuerpo solo convertirá la cantidad necesaria de vitamina A a partir de él. La vitamina A ofrece múltiples beneficios para la salud, como el apoyo a la visión, fertilidad y función inmunológica, además de favorecer la salud de los dientes, huesos y piel. Un beneficio adicional es su función como protector solar interno, proporcionando cierta protección contra la radiación solar.
La vitamina A es tan crucial para la piel que varias investigaciones sugieren que podría ofrecer protección contra el cáncer cutáneo, así como también contra los cánceres de boca, vejiga, mama, estómago, pulmones y cérvix. Resulta útil en el tratamiento de diversas afecciones cutáneas, incluyendo eczema, dermatitis, manchas y psoriasis.
Los primeros síntomas de una deficiencia de vitamina A suelen aparecer en los ojos, manifestándose como problemas de visión nocturna, sequedad ocular, pérdida de la vista o problemas en la córnea. También pueden surgir anomalías como manchas grises en la parte blanca de los ojos, conocidas como manchas de Bitot. La ceguera puede ser una consecuencia de una deficiencia prolongada.
La vitamina A protege al sistema inmunológico del daño causado por radicales libres, por lo que una deficiencia puede incrementar el riesgo de infecciones y cáncer. Algunas mujeres pueden desarrollar displasia cervical, una anomalía en las células del cérvix, en parte debido a la falta de vitamina A. Asimismo, la piel seca o áspera puede indicar una deficiencia.
Medicamentos que provocan déficit de vitamina A
Inhibidores de la bomba de protones (los mal llamados «protectores de estómago»)
- Cimetidina, Esomeprazol, Famotidina, Lansoprazol, Omeprazol, Pantoprazol y Rabeprazol.
Antiácidos
- Hidróxido de aluminio y magnesio, Gel de carbonato de aluminio , Hidróxido de aluminio, Carbonato de calcio, Hidróxido de magnesio y Bicarbonato de sodio.
Antibióticos
- Neomicina (en forma de gotas para los ojos, gotas para los oídos o ungüentos antibióticos)
Antigotosos
- Colchicina
Reductores del colesterol
- Colestiramina y Colestipol
Inhibidores de la lipasa
- Orlistat
Betacaroteno: Inclúyelo en tu dieta
Batatas, zanahorias, pimientos rojos, tomates, calabaza, espinacas, col rizada, melón, albaricoques, duraznos y brócoli son excelentes fuentes de betacarotenos. Cocinar ligeramente o al vapor las verduras puede facilitar la absorción del betacaroteno, a diferencia de otros nutrientes que se destruyen con una cocción leve. Si buscas obtener vitamina A directamente, los alimentos de origen animal son buenas fuentes como el bistec, hígado, riñones, mantequilla, productos lácteos y huevos.
Es fundamental recordar que el betacaroteno es un precursor de la vitamina A, pero no es lo mismo. Las dosis que se indican a continuación son para betacaroteno.
- Para mantener una buena salud: Alrededor de 5–15 mg (8–25,000 UI) al día.
- Si tomas alguno de los medicamentos que provocan déficit de vitamina A: 15–20 mg (25,000–33,340 UI) al día.
- Mujeres embarazadas: Sigue las recomendaciones de tu médico, pero generalmente, limita la ingesta de vitamina A a no más de 10,000 UI al día.
Es preferible optar por betacaroteno en lugar de vitamina A, a menos que tu médico te recomiende específicamente la vitamina A. El betacaroteno es soluble en agua, lo que permite a tu cuerpo convertirlo de forma segura en vitamina A y eliminar el exceso, mientras que la vitamina A es liposoluble, lo que puede provocar acumulación.
Si comienzas a experimentar diarrea, una coloración amarillenta en la piel que desaparece por sí sola, hematomas o dolor en las articulaciones, podrías estar ingiriendo demasiado betacaroteno. Cualquiera de estos síntomas puede ocurrir con dosis de 50 mg (100,000 UI) al día o menos si eres sensible.
Licenciado en Farmacia, Máster en Nutrición y Alimentación, Máster en Seguridad Alimentaria… y padre de mellizos. 😉