¿Cómo solucionar la falta de apetito en niños?

La inapetencia, es decir, la falta de apetito en niños, es un problema frecuente en la infancia y genera ansiedad en los padres. Vamos a hablar sobre esta falta de apetito y las alternativas que existen en la farmacia para ayudar en su tratamiento.

Tipos de inapetencias

En primer lugar, hagamos una breve clasificación de las inapetencias.

Inapetencias no orgánicas

Las inapetencias no orgánicas o conductuales son debidas a la adquisición de hábitos inadecuados como comer golosinas, beber zumos y leche en exceso, comer entre horas, tomar dulces antes de las comidas y no tomar determinados alimentos como fruta y verduras.

En estos casos no es habitual que haya un déficit nutricional significativo y deberá tratarse con reeducación de los hábitos alimentarios.

Dentro de este tipo de falta de apetito se incluyen también las ocasiones en las que el niño rechaza el alimento como respuesta a conflictos familiares, una situación de estrés como el acoso escolar, desarraigo o maltrato.

Inapetencias orgánicas

Las inapetencias orgánicas son debidas a una enfermedad aguda o crónica, alteraciones en la deglución o como efecto secundario de ciertos fármacos como antiinflamatorios, psicótropos, antihistamínicos o anticolinérgicos.

En estos casos, además de falta de apetito, pueden aparecer síntomas como fatiga, palidez, irritabilidad, poca actividad, el niño duerme mucho o experimenta una pérdida excesiva de peso o un peso por debajo del normal para su edad.

Es fundamental que el médico haga un diagnóstico de la causa de la falta de apetito para tratarla lo antes posible.

Falta de apetito

Tratamientos para la falta de apetito en niños

En la farmacia encontrarás varias opciones para ayudarte en el tratamiento de la inapetencia.

Estimulantes del apetito

En primer lugar, tenemos los medicamentos estimulantes del apetito, como el pizotifeno o la ciproheptadina, de prescripción médica.

Actualmente no son muy recomendados, ya que su eficacia es baja, no han demostrado beneficios a largo plazo y no están exentos de efectos secundarios, como somnolencia o visión borrosa.

Preparados orales

También disponemos de preparados orales que completan la dieta del niño. Están especialmente diseñados para aportar las proteínas, vitaminas y minerales necesarios.

Estos complementos no abren el apetito, pero son buenos para facilitar la recuperación tras procesos patológicos prolongados o repetidos, o para complementar una alimentación inadecuada.

Suplementos alimenticios

Finalmente, tenemos suplementos alimenticios que incorporan en su composición sustancias que sí abren el apetito, como la quina y el ajenjo. Hay que tener en cuenta que la quina puede ser nociva para niños con hipoacusia o problemas de audición.

Estos suplementos también llevan en su composición jalea real, polen, vitaminas y minerales entre otros. Se suele recomendar tomar estos suplementos en una dosis diaria, a ser posible con el desayuno.

Suele ser en jarabes o ampollas con sabores agradables a frutas.

Finalmente, recordar que, en cualquier caso, el control del comportamiento y el establecimiento de normas de conducta alimentaria por parte de los padres y cuidadores es fundamental para resolver el problema de falta de apetito en los niños.

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